lunes, 8 de agosto de 2011

domingo, 3 de octubre de 2010

La víbora

Durante largos años estuve condenado a adorar a una mujer despreciable
Sacrificarme por ella, sufrir humillaciones y burlas sin cuento,
Trabajar día y noche para alimentarla y vestirla,
Llevar a cabo algunos delitos, cometer algunas faltas,
A la luz de la luna realizar pequeños robos,
Falsificaciones de documentos comprometedores,
So pena de caer en descrédito ante sus ojos fascinantes.
En horas de comprensión solíamos concurrir a los parques
Y retratarnos juntos manejando una lancha a motor,
O nos íbamos a un café danzante
Donde nos entregábamos a un baile desenfrenado
Que se prolongaba hasta altas horas de la madrugada.
Largos años viví prisionero del encanto de aquella mujer
Que solía presentarse a mi oficina completamente desnuda
Ejecutando las contorsiones más difíciles de imaginar
Con el propósito de incorporar mi pobre alma a su órbita
Y, sobre todo, para extorsionarme hasta el último centavo.
Me prohibía estrictamente que me relacionase con mi familia.
Mis amigos eran separados de mí mediante libelos infamantes
Que la víbora hacía publicar en un diario de su propiedad.
Apasionada hasta el delirio no me daba un instante de tregua,
Exigiéndome perentoriamente que besara su boca
Y que contestase sin dilación sus necias preguntas,
Varias de ellas referentes a la eternidad y a la vida futura
Temas que producían en mí un lamentable estado de ánimo,
Zumbidos de oídos, entrecortadas náuseas, desvanecimientos prematuros
Que ella sabía aprovechar con ese espíritu práctico que la caracterizaba
Para vestirse rápidamente sin pérdida de tiempo
Y abandonar mi departamento dejándome con un palmo de narices.
Esta situación se prolongó por más de cinco años.
Por temporadas vivíamos juntos en una pieza redonda
Que pagábamos a medias en un barrio de lujo cerca del cementerio.
(Algunas noches hubimos de interrumpir nuestra luna de miel
Para hacer frente a las ratas que se colaban por la ventana).

Llevaba la víbora un minucioso libro de cuentas
En el que anotaba hasta el más mínimo centavo que yo le pedía en préstamo;
No me permitía usar el cepillo de dientes que yo mismo le había regalado
Y me acusaba de haber arruinado su juventud:
Lanzando llamas por los ojos me emplazaba a comparecer ante el juez
Y pagarle dentro de un plazo prudente parte de la deuda,
Pues ella necesitaba ese dinero para continuar sus estudios
Entonces hube de salir a la calle a vivir de la caridad pública,
Dormir en los bancos de las plazas,
Donde fui encontrado muchas veces moribundo por la policía
Entre las primeras hojas del otoño.
Felizmente aquel estado de cosas no pasó más adelante,
Porque cierta vez en que yo me encontraba en una plaza también
Posando frente a una cámara fotográfica
Unas deliciosas manos femeninas me vendaron de pronto la vista
Mientras una voz amada para mí me preguntaba quién soy yo.
Tú eres mi amor, respondí con serenidad.
¡Ángel mío, dijo ella nerviosamente,
Permite que me siente en tus rodillas una vez más!
Entonces pude percatarme de que ella se presentaba ahora provista de un pequeño taparrabos.
Fue un encuentro memorable, aunque lleno de notas discordantes:
Me he comprado una parcela, no lejos del matadero, exclamó,
Allí pienso construir una especie de pirámide.
En la que podamos pasar los últimos días de nuestra vida.
Ya he terminado mis estudios, me he recibido de abogado,
Dispongo de buen capital;
Dediquémonos a un negocio productivo, los dos, amor mío, agregó
Lejos del mundo construyamos nuestro nido.
Basta de sandeces, repliqué, tus planes me inspiran desconfianza,
Piensa que de un momento a otro mi verdadera mujer
Puede dejarnos a todos en la miseria más espantosa.
Mis hijos han crecido ya, el tiempo ha transcurrido,
Me siento profundamente agotado, déjame reposar un instante,
Tráeme un poco de agua, mujer,
Consígueme algo de comer en alguna parte,
Estoy muerto de hambre,
No puedo trabajar más para ti,
Todo ha terminado entre nosotros.

sábado, 8 de mayo de 2010

EL NOMBRE DE ALGUNAS FLORES


Por Autor: Osvaldo Schencke. Ilustraciones: Isabel Hojas.
Algunas flores llevan el nombre de la persona que las descubrió o estudió. Es el caso de flores como la camelia, la begonia, la dalia, la fucsia y la buganvillia, entre otras.
La camelia se llama así en honor a Georges Joseph Kamel, (1661 - 1706), un botánico y misionero jesuita de origen checoslovaco. Él era además, farmacéutico y médico, y permaneció muchos años en las Filipinas, cuidando y sanando enfermos. Él fue el primero en ver esta hermosa flor, y por eso lleva su nombre. Las camelias son originarias de oriente, especialmente de Japón y China. Los emperadores chinos la honraban y decían que era “la más bella flor bajo el cielo”.
Otra flor que lleva el nombre de grandes botánicos y estudiosos es la begonia, en honor a Charles Bégon; la magnolia llamada así por Pierre Magnol, un botánico francés; la fucsia, en honor al botánico y médico alemán Leonhardt Fuchs, y la dalia por el sueco Andreas Dahl.
La buganvillia que adorna tanto los parrones y muros de nuestras casas, lleva el nombre de un navegante francés del siglo XIX, Louis Antoine Bouganville.

miércoles, 20 de febrero de 2008

SIETE TRABAJOS VOLUNTARIOS Y UN ACTO SEDICIOSO

1
el poeta lanza piedras a la laguna círculos concéntricos se propagan
2
el poeta se sube en una silla a darle cuerda a un reloj de colgar
3
el poeta lírico se arrodilla ante un cerezo en flor y comienza a rezar un padrenuestro
4
el poeta se viste de hombre rana y se zambulle en la pileta del parque
5
el poeta se lanza al vacío colgando de un paraguas desde el último piso de la Torre Diego Portales
6
el poeta se atrinchera en la Tumba del Soldado Desconocido y desde ahí dispara flechas envenenadas a los transeúntes
7
el poeta malditose entretiene tirándoles pájaros a las piedras

ACTO SEDICIOSO
el poeta se corta las venas en homenaje a su país natal.
de Hojas de parra (Santiago, Ganímedes, 1985)

"Durante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne
Hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa. Suban, si les parece. Claro que yo no respondo si bajan echando sangre por boca y narices."
Nicanor Parra

Cambios
Cambio lola de 30
x dos viejas de 15
Cambio torta de novia

x un par de muletas eléctricas
Cambio gato enfermo de meningitis

x aguafuerte del siglo XVIII
Cambio volcán en erupción permanente

x helicóptero poco uso
Cambio gato

x liebre
Cambio zapato izquierdo

x derecho.


Nicanor Parra
Antes de los trabajos voluntarios que puedas crear... Te recomiendo escribir cuáles serían los cambios que transarías en esta vida... Recuerda que la "x" se lee como "por", entonces suena "cambio... por..."

domingo, 3 de febrero de 2008

Rompecabezas

No doy a nadie el derecho.
Adoro un trozo de trapo.
Traslado tumbas de lugar.

Traslado tumbas de lugar.

No doy a nadie el derecho.
Yo soy un tipo ridículo
a los rayos del sol,
azote de las fuentes de soda
yo me muero de rabia.


Yo no tengo remedio,
mis propios pelos me acusan
en un altar de ocasión
las máquinas no perdonan.

Me río detrás de una silla,
mi cara se llena de moscas.
Yo soy quien se expresa mal
expresa en vistas de qué.

Yo tartamudeo,
con el pie toco una especie de feto.

¿Para qué son estos estómagos?
¿Quién hizo esta mezcolanza?

Lo mejor es hacer el indio.
Yo digo una cosa por otra

Nicanor Parra
Chile

Puedes realizar tu propio Rompecabezas antipoético si contestas las mismas preguntas que contestó Nicanor en este poema.... busca primero, cuáles son las preguntas que realiza y luego de realziarlas, contestalas con tus propias ideas...

domingo, 7 de octubre de 2007

No hay banda. It is all a tape.

EL HOMBRE IMAGINARIO


El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario


NICANOR PARRA
CHILE


Recuerda que para hacer este ejercicio poético, tan sólo basta que cambien la palabra imaginaria oimaginario, por algún adjetivo o frase adjetivada que se adapte a la idea que estás desarrollando con tu poema y cuando los reemplaces, declama tu poema del hombre "____"